Revive los mejores momentos de Flor Silvestre tras su muerte
La cantante y actriz mexicana Guillermina Jiménez Chabolla – mejor conocida como Flor Silvestre – murió este miércoles 25 de noviembre a la edad de 90 años. La viuda de Antonio Aguilar fue una de las grandes actrices de la época de oro del cine mexicano, y una exponente de la música vernácula.
Flor Silvestre murió en su rancho “El Soyate”, en Zacatecas, acompañada de su familia con quienes compartió sus triunfos personales y profesionales. Para la actriz la familia era lo más importante. Pasó buena parte de su vida en su rancho, y fue ahí donde crió a sus hijos.
La muerte de la actriz es una gran pérdida para el cine mexicano. Por ello nos hemos dado a la tarea de recopilar algunos de los mejores momentos de la actriz dentro de su carrera profesional y personal.
Su debut como cantante
Desde muy temprana edad, Flor Silvestre desarrolló sus habilidades vocales y participaba en representaciones escolares y festivales locales. Cuando ella y su familia se mudaron a la Ciudad de México, ella comenzó una preparación profesional en secretariado. Sin embargo, su destino estaba trazado y comenzó por integrarse al mundo del mariachi.
Hizo su debut oficial como cantante en el Teatro del Pueblo del Mercado Abelardo L. Rodríguez. Dicha presentación fue la que le abrió las puertas a la Radio Nacional de México (XEFO).
El nacimiento de Flor Amargo y el despegue de su carrera como cantante
Ya estando en la radio, Guillermina estuvo en búsqueda de su nombre artístico. El famoso locutor, Arturo Blancas, fue quien comenzó a llamarla “Flor Silvestre”. A pesar del buen recibimiento que tuvo en la radio, fue hasta que ganó un concurso de la XEW que empezó a alcanzar la cima del éxito y a lloverle contratos por montones.
Fue así como Flor Silvestre tenía presentaciones no sólo en el país que la vio nacer, sino que también tuvo la oportunidad de llevar la música ranchera a todo Latinoamérica.
El comienzo de su carrera actoral
Después de recorrer el país en giras como cantante, su carisma, belleza, e innegable talento llamó la atención de Emilio Azcarraga Vidaurreta, quien la contrató para que condujera el programa Increíble pero cierto. Esto le abrió muchas oportunidades en el mundo del cine.
Guillermina firmó con Gregorio Warlestein para que protagonizara cinco películas. Las películas que filmó fueron desde la comedia ranchera hasta drama a la mexicana. La actriz supo adaptarse a las exigencias de cada personaje.
Su primera película
Flor Silvestre debutó en el cine con la película Primero soy mexicano en 1950. La película fue dirigida y co protagonizada por Joaquín Pardavé. Guillermina protagoniza a Lupe, la ahijada de un hacendado cuyo hijo, Rafael – que llega de Estados Unidos – la seduce y embaraza. Lupe muere de angustia cuando se entera que Rafael está comprometido – todo un pillo.
Ánimas Trujano (1962)
Ánimas Trujano fue sin duda una de las películas más importantes de Flor Silvestre, y una de sus interpretaciones más memorables. Esta película fue la segunda película mexicana nominada al Óscar como Mejor Película de Habla no Inglesa.
En la película, Flor Silvestre interpreta a Catalina, una indíbena oaxaqueña que, con su encanto, provoca al protagonista, Ánimas. Catalina muere apuñalada por Juana, la esposa de Ánimas.
La boda con Antonio Aguilar
Flor Silvestre y Antonio Aguilar se conocieron en 1950 en las instalaciones de la estación radial XEW. Sin embargo, su romance empezó hasta 1956 durante la filmación de El rayo de Sinaloa. “Después del rodaje, él me llevaba a montar a caballo sin prisa, aprovechándose de los momentos de encontrarse solos para darme un beso en la nuca”, contaba la actriz.
La pareja se casó tres años después, el 29 de octubre de 1959. Guillermina y Antonio tuvieron dos hijos: Antonio Aguilar, que nació en 1960, y Pepe Aguilar, que nació en 1968. También tuvieron una boda religiosa, pero ésta llegó varias décadas después de la primera, ya que ambos habían estado casados y tenían que anular dichos matrimonios.